Sin embargo esto solo son los pensamientos de una adolescente que, a las doce y cinco de la noche observa como se celebra el año nuevo por las calles de la ciudad. La realidad es que siempre vienen cosas nuevas, nuevas experiencias. No está tan mal que pasen los años, siempre y cuando no lo hagan muy deprisa. Es cierto que no hay tiempo para todo, pero si sabemos imponer un orden, si tendremos tiempo para las cosas más importantes. No sirve de nada pensar en lo que se acaba, hay que mirar hacia lo que viene. Es tiempo de salir, de ir de fiesta, de pasarlo en grande, de conocer gente, de encontrar los verdaderos amigos, de enfadarse y perdonarse, y volverse a enfadar y volver a perdonarse, y hace loscuras aunque nadie las entienda, sin pensar en el qué dirán.
Tenemos todo un nuevo año por delante, para empezar siendo lo que queramos.
Yo, por ahora, me quedo como estoy, con mis historias y mis fantasías, mi familia y mis amigos, mi música y mis sueños. Y aunque vengan nuevos años, seguirá siendo lo que me importa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario