Amor, la más mortal de las cosas mortales. Te mata tanto cuando la tienes como cuando no la tienes. Pero no es así exactamente. Si amas, eres el que condena y el
condenado. El verdugo, la cuchilla, el indulto de última hora, la
respiración jadeante y el cielo tormentoso y el «gracias, gracias, gracias, Dios».
Amor: te mata y te salva a la vez. B-.
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