Una misma persona, mil caras que mostrar. No creo que sólo porque cada vez que te veo se me ponga cara de amargada tenga que serlo, cuándo estoy con mis amigos suelo sonreír, y ya no hablamos de mi sonrisa cada vez que le veo. Cuando vemos a una persona con cara de enfado automáticamente pensamos, sin conocerla, que esa persona es malhumorada y desagradable, pero no tiene por qué ser así. La mayoría de las veces, la culpa de las malas o buenas caras no las tiene el que las pone, sino los que se encuentran a su alrededor. B-.
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