domingo, 18 de noviembre de 2012

Levanta la cabeza princesa, que se te cae la corona~


Ella siempre caminaba con la cabeza gacha, creo que nadie le dijo nunca eso de que se le caería la corona. Aunque eso a ella le daba igual. Cuando lo único que te apetece hacer es desaparecer, y te cuesta hasta respirar, te importa una mierda si se te cae la corona, aunque sea de espinas.
No quería ir a casa; se sentía como si le acabaran de dar un puñetazo en el estómago. Sin aliento. Destrozada, su corazón sangrando. Su garganta muda, no necesitaba palabras, cualquiera que la mirase a los ojos se daría cuenta de que algo no marchaba bien.
Pudo oír con total claridad el chasquido que se produjo en su pecho cuando despertó de aquel sueño tan bonito. De pronto comprendió que nada dura para siempre, y que pocas personas merecen la pena. Que en la vida, y más en el amor, nada es lo que parece.
Ni todo el chocolate del mundo la hubiera hecho sonreír. No tenía frío, ni calor, hambre sed sueño aliento, pulso. Ganas de vivir. Se dio cuenta de que los príncipes no existen, ya sean azules, verdes o fosforitos. "¿Cómo se me va a caer la corona?", se preguntó. "Si ya me la sujetan los cuernos". B-.

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Cartas a Julieta~Un paseo para recordar.

La última canción~Querido John.