Porque no conseguirás jamás mantenerlo callado. Y aunque finjas no escuchar lo que te dice, estará dentro de tu pecho repitiendo siempre lo que piensa sobre la vida y el mundo. Llamará tu atención con un ritmo frenético y acelerado, hasta que tomes las decisiones que te dicta. ¿Sabes cuál es el problema? Que muchas veces, las decisiones que toma el corazón no son las adecuadas, y el el peor de los casos, acabamos con el corazón roto. B-.
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