La pena es una cosa extraña, nos deja totalmente desamparados. Es como si una ventana se abriera sola, la habitación se queda fría y lo único que puedes hacer es tiritar. Pero cada vez se abre un poco menos y un poco menos, cada vez la sentimos menos, hasta que un día nos preguntamos qué habrá pasado con ella, o si aquello por lo que la sentimos merecía realmente la pena. B-.
No hay comentarios:
Publicar un comentario